Nosotros

Bhajan Kutir

El Jardin del Corazón

La palabra “Bhajan” se refiere a ese cultivo devocional amoroso, esa condensación que se ofrece a Dios. Este lugar es precisamente eso… 

Tradiciones milenarias y el corazón:

evam parampara-praptam

imam rajarsayo viduh

“Esta ciencia suprema se recibió así a través de la cadena de sucesión discipular y los reyes santos la entendieron de este modo.” –Bhagavad-gita 4.2

Conocimiento espiritual desciende a través de la cadena de sucesión discipular desde Dios, la fuente original de toda la manifestación. Esta cadena discipular o parampara comienza con el señor Brahma que la habló a la creación cósmica después de recibirla en su corazón directamente del Señor Krishna (palabra que en sánscrito se refiere a Dios como la fuente original de todo) y se la enseñó a su hijo Narada, que a su vez se la instruyó a Vyasa. Esta sucesión de maestros y estudiantes nos conecta a través de las eras a la vibración original que Brahma recibió en su corazón. Esta vibración original a veces se le refiere como “Vedas” o conocimiento.

En Bhajan Kutir se comparte, se enseña y se practica este conocimiento de los Vedas. Cuando hablamos de conocimiento nos referimos a un estudio dinámico, cercanamente relacionado con cultivación. Donde plantamos semillas, al germinar cuidamos de la planta regándola y quitándole yerbas que puedan impedir su progreso, hasta el punto donde, estando saludable, nos da frutos. Esa planta es nuestro ser, nuestra esencia. Y todo el proceso de cultivación es nuestra vida. Nuestro “bhajan” nos da esas técnicas que nos ayudan en nuestra cultivación en el desarrollo de la conciencia.
En esencia somos amor y para volver a vibrar en ese amor partimos del reconocimiento de las diferentes actitudes (mascaras) artificiales que cada uno toma para relacionarse en el día a día, se propone disponer momentos para soltarlas y dejar fluir la autenticidad natural del ser real. 

Conduciendo los sentidos por medio de elementos naturales, se inspira a entrar al imaginario personal. Con sonidos, aromas, formas, sabores exploramos en nuestro interior valores, emociones y sentimientos que develan la percepción que tenemos del entorno. Nos encontramos de frente a preguntas pertinentes y esenciales, que nos permite reconocer posibilidades y nuestra naturaleza de acción.

La reflexión introspectiva y dínamica de ir a la memoria ancestral facilita el que cada uno identifique aspectos de la esencia de su ser y con esto muestras de nuestros dones y servicio personal. Al enlazar este servicio con la labor cotidiana y ofrecer los frutos de esta acción a Dios, se conecta con el camino mas simple para ser feliz y compartir felicidad con todos los seres… en paz y armonía. 

Un espacio natural de exuberante belleza para entrar en contacto con la tierra madre que transforma y nutre. En un ambiente muy armonioso y conducivo al cultivo del ser. Así la vivencia incluye labores sanadoras en los ciclos naturales de vida. Cultivo tanto interno como externo. Transformación de emociones, sentimientos y experiencias. Cosecha de frutos cultivados y ofrenda para culminar el ciclo con gratitud.